La aptitud de crear valor sustentable -es decir, valor para los accionistas a la vez que, en forma simultánea, se desarrolla un mundo sustentable- constituye una gran oportunidad que aún debe ser desarrollada.
Para capturar las oportunidades derivadas del desafío de la sustentabilidad, los ejecutivos deben, fundamentalmente, repensar sus puntos de vista prevalecientes sobre estrategia, tecnología y mercados. Así se podrán distinguir nuevas oportunidades de negocios. Aquéllos que traten al desarrollo sustentable como una oportunidad, manejarán el proceso denominado “destrucción creativa” y fundarán las competencias necesarias para competir en este siglo 21.
De esta manera, nace en el 2003 el Instituto de Estudios para la Sustentabilidad Corporativa, IESC, perteneciente a la Fundación de Estudios e Investigaciones Superiores y lo hace como una evolución académica del Instituto de Estudios para el Management Ambiental (IEMA) originalmente creado en 1999.